Vaya
pues si algo bueno salió de los artículos
pasados fue que nos animamos nosotros los del "staff",
y organizamos un viaje a una de las historias mas increíbles
de Durango. Todos o al menos una gran cantidad de gente
conoce sobre el paraje Mexiquillo, de sus formaciones
de rocas encimadas y de su hermosa cascada, la cual
tiene ya fama nacional, pero esta vez vamos a ir mas
allá y además de explorar la campiña,
vamos hurgar por un periodo del pasado de esos que si
no lo ves no lo crees.
Fue en el Porfiriato cuando se inicio una obra que
prometía ser de l
as mas importantes del país
y de Latinoamérica, el ferrocarril Durango-Mazatlán.
La construcción se suspendió durante la
revolución para reanudarse en 1928 hasta llegar
a El Salto. En 1951 el Presidente Miguel Alemán,
a control remoto desde el hotel Belmar dio nuevamente,
el banderazo de inicio de la obra para que durante la
gestión de Adolfo Lopez Mateos se suspendieran
los trabajos indefinidamente. Un eje de desarrollo que
quizás hubiera cambiado el destino de nuestra
ciudad Durango y los lugares por donde se le tenia proyectado
pasar. Después de un gran esfuerzo humano y económico,
se pararon los trabajos
, nunca se termino la obra y
todo, todo quedo ahí perdido entre los fantasmas
de sus propias víctimas... hasta ahora. ( Felicitaciones
a Don Pedro Avila Nevarez por tratar durante tantos
años, de que se reanudara la construcción)
El
trazo y bordo del ferrocarril aun cuando no completo
siguió desde El Salto pasando por numerosas rancherías
y continuando hasta pasar exactamente por un ladito
de la Cascada de Mexiquillo donde después de
tantos años de estar abandonado, nuevamente esta
por cobrar vida, pero ahora como un recurso de turismo
aventura. Es aquí donde nosotros nos lanzamos
a la aventura, pero para simplificar las cosas, abreviar
el tiempo y no pasar por el mismo punto dos veces decidimos
tomar un vehículo en "aventon", mismo
que amablemente el Sr. Arturo Alemán nos hizo
el favor de dar, para subir a la mesa de las Varas buscando
un sitio llamado El Venado, donde nace un arroyo del
mismo nombre que según la carta del INEGI señalaba
una vereda que baja al antiguo terraplén del
ferrocarril.
Como
siempre, hay una salida en falso y esta vez no fue la
excepción pues nos equivocamos de lado del arroyo
y gracias a que nos encontramos un habitante de la sierra
que venia subiendo a caballo, nuestro guía Ezequiel
? gritando de lado a lado pudo entender que la bajada
estaba, por allá. El intenso color verde del
bosque de pinos, la vista de amplísimo horizonte
a las Quebradas de abajo, el agua del arroyo con varias
caídas menores y la música que toca al
pasar por ellas, nos imprimió un excitante sentimiento
que acelero nuestro paso y en unos 45 minutos bajamos
los trescientos metros que separan la orilla de la mesa
(fisonomía topográfica) del terraplén
por don
de iba a pasar el tren.
Vaya sorpresa, pues cuando ya veníamos sintiéndonos
verdaderos boys scouts, nos encontramos cuando menos
unos 50 adolescentes y sus maestras todos muy agitados
y mojados, que se habían venido siguiendo el
trazo del tren desde la cascada hacia lo que podríamos
describir como Mazatlán. Sin perder tiempo y
por cuestiones de la fantasía que estabamos viviendo
decidimos corregir el rumbo y en lugar de unirnos a
los estudiantes y seguir la exploración con ellos,
iniciamos de una vez el regreso hacia Mexiquillo o rumbo
la dirección de Durango.
Apenas si habíamos caminado unos cuantos minutos
cuando llegamos a lo que veníamos buscando, el
primero en nuestro camino de lo que viene a ser una
impresionante obra de ingeniería, los túneles
de lo que hubiera sido el ferrocarril Durango Mazatlán.
Este vendría siendo el sexto túnel de
una numeración que no nos hizo sentido pero que
así se maneja. El mismo según nos dice
nuestro guía es el mas largo de todos, y mide
aproximadamente 800 metros de largo.
Al
entrar uno, se alcanza a mirar el otro extremo como
una pequeña puertita de luz allá muy a
lo lejos. la primera recomendación es traer una
buena lampara pues el piso es bastante pedregoso y túnel
esta totalmente oscuro, la segunda es ir con los ojos
bien abiertos pues la remota posibilidad de que ande
una víbora por ahí es real, y la tercera
es que no te desesperes pues caminamos y caminamos y
seguimos caminando y la salida se seguía viendo
distante, pero poco a poco empezó a crecer y
finalmente salimos al otro extremo, 35 minutos después
de haber iniciado.
El camino nuevamente se hizo verde y disfrutamos bastante
el ir viendo el paisaje abajo de nosotros e ir identificando
pequeños pueblitos de la sierra como Pino Gordo.
A una distancia no muy considerable llegamos al Túnel
no. 5 y entonces, nos dimos cuenta porque iban mojados
los
estudiantes. Un verdadero arroyo salía del túnel.
Nos arremangamos los pantalones ahora si que hombres
y mujeres, y haciendo malabarismos nos fuimos caminando
por una banquetita que creímos nos iba salvar
de mojarnos pero no fue así, casi iniciando nos
fallo una lampara y además
se termino el filo de banqueta por el cual caminábamos,
así que tuvimos que entrarle como si nada y finalmente
caminar en el agua. Al salir, nos encontramos con una
hermosa caída de agua que viene como de una pila
bastante grande como a diez metros arriba de donde estabamos
parados. Un perro hyperactivo, que nos acompañaba,
se dio vuelo sacudiéndose el agua y mojando lo
que quedaba seco de nosotros.
Continuamos
caminando otro rato y llegamos a lo que seria el ultimo
túnel en la dirección que llevábamos
o el primero de la cascada de Mexiquillo hacia el Oeste.
A este le llamamos el seco, pues su piso además
de estar liso como si fuera una banqueta de concreto,
esta lleno de un polvillo muy fino, que se levanta fácilmente
con la pisadas de uno, así que aquí la
recomendación es: Ser de los de enfrente.
El
tramo entre este túnel y el paraje de Mexiquillo
es bien interesante pues se divisan los arroyos del
Paso Resbaloso y Mexiquillo con un sin numero de fantásticas
caídas de agua que hacen que los estos literalmente
se vean blancos. Nos llamo la atención un salto
de agua bastante alto que esta en el arroyo del Paso
Resbaloso, al cual tendremos que ir a visitar en nuestra
próxima pasada por estos rumbos.
Ya habíamos pasado todos los túneles
en nuestro camino, pues nos faltaron los dos últimos
el No. 7 y No.8, que se nos quedaron a la derecha de
donde, nos encontramos a los estudiantes, y llevábamos
ya a un paso acelerado con la tripa rugiendo de hambre,
tratando de llegar al final de la ruta, cuando tuvimos
la agradable oportunidad de ver a unos pajarillos muy
simpáticos que les llaman Pavitos aliblancos
bailando una danza muy particular de ellos, también
vimos a los Chipes rojos, que además de ser atractivos
por su color rojo incandescente, y sus cachetes pintados
como de plateado oscuro, son endémicos de México
y bastante raros de ver.
Son
muchas las aves que puedes ver en el Bosque de Mexiquillo
y aquí se ve lo importante que es cuidar de los
recursos naturales de una región.A lo único
que nos pareció que tienen que darle una solución
ya inmediata el Ejido de la Ciudad dueños de
este predio, es al problema de la basura que no era
muy evidente en el camino que tomamos, pero una vez
nos acercamos a la área de la cascada de Mexiquillo
fue mas que eso. La basura esta por todos lados y se
ve claramente que los visitantes tiran su basura sin
ningún ahora si que recato, dejando un
verdadero
basurero a su paso. Aquí la recomendación
es: por favor no tires basura.
La cascada de Mexiquillo es hermosa, razón por
la que es reconocida en todo México y la zona
de formaciones rocosas a su lado también son
muy interesantes. Te puedes pasar un buen rato poniéndoles
nombres y pensando cual se parece a que o quien. En
este paraje de formas por
demás extrañas, tomamos nuestro lunch,
pues ya veníamos como dicen, ladrando de hambre,
después, nos quedamos ahí un rato platicando
del paseo hasta que la lluvia que es muy normal por
las tardes nos hizo nuevamente apur
arnos a el vehículo
y emprender el camino a casa.
Una ultima recomendación: al regresar a Durango
en el ultimo restaurante que esta a su mano izquierda,
una cabaña de color azul, tómense un café,
si tienen suerte y hay, también un pedazo de
pastel pues esta bien rico.
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